DOMINGO 6 DEL TIEMPO ORDINARIO

12 de febrero de 2012 – MARCOS 1, 40‑45   Belén ha vuelto de la India transformada. Allí ha descubierto cómo la sombra de la pobreza envuelve una buena de la humanidad. Ha contemplado los rasgos humanos de la miseria. Ha jugado con niños y conversado con adultos. Ha transitado lugares impactantes y ha escuchado las necesidades de muchas personas. Ella ha sentido el clamor de un gran colectivo que expresaba lo del leproso del evangelio: “Si quieres, puedes limpiarme”. Su respuesta es una opción más decida por los necesitados desde su quehacer voluntario en Manos Unidas. Ella insiste: todos tendríais que ver lo que yo he visto. Jesús, en el evangelio, descubre el rostro de los necesitados. Con frecuencia le buscan y él no permanece indiferente. Su acogida es consuelo. Su palabra es alivio. Su perdón trasforma a quien lo recibe. Y su voluntad es que todos tengan vida en abundancia. “Queda limpio” es la sentencia que da al leproso. El leproso quedó curado y volvió a ser alguien, recuperó la dignidad y pudo relacionarse con todos, como uno más. Fue su salvación. Con razón no dejaban de llegar a Jesús multitud de personas enfermas y marginadas. Su fama atravesaba el tiempo y el espacio. Todos quedaban transformados. Hoy celebramos la Campaña contra el Hambre. 53 años de lucha incesante contra la pobreza. Manos Unidas sigue diciendo “queda limpio” a muchas personas y poblaciones. Gracias a su buen hacer y a nuestra colaboración ha llevado agua, ha dado salud, educación, pero, ante todo, ha llevado esperanza. Somos la primera generación capaz de acabar con la pobreza en el mundo. El secreto está en el decrecimiento y el reparto equitativo de los recursos. En cristiano siempre hemos hablado de la austeridad y del compartir. Ciertamente la crisis nos hace ver más cerca el rostro de los pobres, pero no puede ocultar nuestro papel en el alivio y la solución de la pobreza. Nuestra reacción pasa por la generosidad, la esperanza y la búsqueda de una solución global y auténtica ante la pobreza. Feliz Semana