Casarse no es algo propio sólo de los cristianos. La unión del matrimonio es una de las realidades más ricas e intensas que puede haber en la vida de las personas. Un hecho que expresa, como ningún otro, el deseo humano de unión mutua, de amor.
Los cristianos lo vivimos este hecho como una riqueza aún mayor. Porque vemos en ella un signo del amor que Jesucristo nos tiene, y lo vemos hasta el punto de afirmar que el matrimonio es un sacramento, es decir, una de las siete acciones de la Iglesia en las que reconocemos de manera plena y visible la gracia de Dios, su presencia, en medio del mundo.
El matrimonio que consagra el amor de la pareja es un signo público del amor de Dios, un don del Espíritu de Jesús. Y esto es al mismo tiempo un compromiso y una garantía. Un compromiso de fidelidad, de mantener y hacer crecer siempre ese amor y esa unión. Y una garantía, de que Dios nos acompañará en ese camino, con su Espíritu, con su fuerza amorosa.
FORMULARIO PARA EL EXPEDIENTE MATRIMONIAL (RELLÉNALO AQUÍ).
Lunes a Viernes 19h
Sábados y Vísperas festivos 20.00h
Domingos y festivos 11.00- 12.00 y 20h